Los periodos aquí presentados no pretenden compartimentar arbitrariamente la obra de Carlos Ortúzar, pues ésta se presenta como un cuerpo complejo, siempre en movimiento. Por lo tanto, las categorías aquí propuestas intentan una tentativa para organizar el carácter cronológico-evolutivo que le es propio, considerando, delicadamente, las propias asignaciones que el artista atribuyó a su trabajo.
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[1960 – 1967]
El primer periodo corresponde al momento germinal de la obra del artista el cual comprende tres etapas. La producción de carácter informalista desarrollada entre fines del 50 e inicios del 60 denominada matérica, que expresa las investigaciones iconográficas de la mitología chilena, las obras laboratorizadas, que tensionan el imaginario del cuerpo desde lo mitológico a lo tecnológico, y la serie de piezas neofigurativas, inspiradas en la Carrera Espacial que Ortúzar realizó en la segunda mitad de los 60, la que se compone de esculturas y obras gráficas de estilo Pop que hacen referencia a la revolución técnico-científica en el contexto de la Guerra Fría. La evolución de estas obras comprende la progresiva incorporación de materiales y técnicas industriales y el gradual tránsito de lo bidimensional a lo tridimensional, a partir de la representación de cuerpos mitológicos y humanos intervenidos y manipulados técnicamente.
Explorar obras[1968 – 1979]
El segundo periodo corresponde a la producción de obra del artista durante los 70 y se divide en dos etapas. A inicios de la década Carlos Ortúzar adhirió al proyecto político y cultural de la Unidad Popular, concibiendo obras de integración cívica, de carácter masivo, público y social marcadas por las influencias del constructivismo y el modernismo. El quiebre y el clima hostil producido por el golpe de Estado en Chile de 1973 y la dictadura civil-militar, lo obligaron a abandonar la Universidad de Chile y el país, conduciéndolo hacia su autoexilio en Barcelona que se extendió entre 1974 – 1979. En este contexto la obra de Ortúzar se repliega a un ámbito íntimo y personal, donde desarrolló distintos encargos en pequeño y mediano formato y una serie de obras modulares ligadas a la abstracción geométrica, entre las que se encuentran un conjunto de pinturas hechas con esmalte sintético sobre módulos de aluminio, piezas de orfebrería y una serie de maquetas tridimensionales a base de módulos prismáticos con las que retornó a Chile y orientaron su trabajo en la década siguiente.
Explorar obras[1980 – 1986]
El tercer periodo corresponde al contexto de retorno a Chile bajo la dictadura Militar. En este clima, la respuesta del artista buscó hacerse lugar en espacios oficiales como los Encuentros Arte – Industria o el Salón Sur, a partir de los trabajos que venía realizando anteriormente, volcándolos hacia su relación con el territorio y el paisaje. Así surgen dos etapas representadas en su serie de pinturas planimétricas, hechas con esmalte sintético sobre planchas de aluminio denominada Space, obras escultóricas en base a los Prismas, algunas de ellas de carácter cinético, y un conjunto de pinturas y dibujos sobre papel, que constituyen sus últimas obras. Tanto en lo bidimensional como en lo tridimensional, el artista incorporó técnicas industriales aplicadas al paisaje, donde se puede observar que el lenguaje visual de base geométrica fue cada vez más depurado, sintético y minimalista, lo que se puede inferir además de su cuaderno de anotaciones donde inscribe conceptos como paisaje minimal, síntesis del paisaje, ecological meaning.
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